Desde colaborar con la renovación de imagen de VNS Health hasta cuidar de sus clientes, te presentamos a las asistentes de salud en el hogar Tanai Blanco y Marta Rivera
Tanai Blanco
Es fácil hacer reír a Tanai Blanco. También es fácil hablar con ella. Tanai, quien nació en la Ciudad de Nueva York, pero se crio en Puerto Rico, lleva trabajando como asistente a domicilio con VNS Health desde hace solo unos meses. Sin embargo, su buen carácter y energía positiva llamó la atención de su supervisora quien la incluyó en el equipo que ha ayudado con la implementación del nuevo nombre y la nueva imagen de VNS Health este verano.
“Llevo trabajando en las oficinas de VNS Health en la calle 42, número 220 E, desde hace unos meses—explica—. He estado llamando a otros asistentes a domicilio para que vengan a buscar sus uniformes y tarjetas de identidad nuevos”.
Tanai tiene experiencia en trabajos de oficina. Antes de trabajar como asistente a domicilio, había trabajado en el hospital Bellevue y luego en la Administración de Servicios para Niños de la Ciudad de Nueva York: “Siempre me ha gustado ayudar a la gente—dijo—. Además, me gusta seguir aprendiendo”.
Recientemente, Tanai comenzó a cuidar de su madre, de 84 años, quien padece de varios problemas de salud. Trabajaba bajo el programa de Asistente Personal Dirigido por el Consumidor (CDPAP), en el que las personas mayores pueden escoger que un pariente los cuide. “Me sentía sola y no sabía cómo cuidar bien de los ancianos —recuerda— No tenía los recursos ni los conocimientos sobre enfermedades como el Alzheimer, la diabetes, la alta presión y otras condiciones”.
Como siempre quiere aprender más y ayudar a los demás, Tanai se inscribió en las clases de entrenamiento de VNS Health. “Tomé los cursos de VNS Health, que son gratis—dijo—. Aprendí mucho. Pasé el examen y así comencé a trabajar con la organización”.
Trabajar para VNS Health terminó siendo una buena idea: “Desde que vine a VNS Health aprendí sobre muchos problemas de salud—dijo—, y pude ayudar a mi madre, que era mi meta principal”.
En el poco tiempo que lleva como asistente a domicilio, Tanai ya ha tenido experiencias muy bonitas: “Mi primer cliente fue un profesor de física —contó—. Yo estaba nerviosa, pero la familia me tomó mucho cariño. No querían que me fuera”.
Ahora que la mayoría de los asistentes a domicilio de VNS Health han recibido sus uniformes y tarjetas de identificación nuevos, Tanai volverá pronto a ofrecer cuidado a los hogares como asistente a domicilio de VNS Health, un trabajo que le resulta muy gratificante. “Conocí familias maravillosas—dijo—, ¡y me llevaba muy bien con mis clientes!”.
Marta Rivera
Marta Rivera también trabajó en las oficinas de VNS Health, en la calle 42, número 220 E, este verano pasado, llamando a otros asistentes a domicilio para dejarles saber que sus uniformes y tarjetas de identificación de VNS Health nuevos esperaban en la oficina a ser recogidos.
Al igual que Tanai, Marta habla español y esa fue una parte importante de su trabajo para ayudar a VNS Health en sus esfuerzos de renovación de imagen. “Tengo la ventaja de que hablo español e inglés—dijo—. Cuando la gente llama, si la persona habla español me pasan la llamada”.
Nacida en República Dominicana, Marta llegó a Nueva York hace más de 40 años y ha hecho de este su hogar. “Aquí tengo varias hermanas—explicó— y mis dos hijos”.
Antes de trabajar en VNS Health, Marta cuidaba al familiar de un amigo. “Estaba trabajando sin certificado”, comentó. Fue por eso que, a principios de este año, Marta comenzó los cursos de entrenamiento de VNS Health y obtuvo su certificado de asistente a domicilio. “¡Comencé el curso en febrero y ya en abril estaba trabajando!”.
Para Marta, trabajar en VNS Health ha sido un gran paso adelante. “Me gusta más que la compañía en la que estaba antes—dijo—, porque en VNS Health te dan la certificación de asistente a domicilio y te ayudan a encontrar clientes. En la otra compañía, no te daban el certificado y no te ayudaban a encontrar clientes. Además, VNS Health te da beneficios, como seguro de salud”.
Una vez termine de colaborar a distribuir los uniformes y tarjetas de identificación nuevos, Marta volverá a su trabajo como asistente a domicilio. “Me gusta cuidar de las personas mayores—dijo con una sonrisa— porque, aunque con la edad algunos se ponen difíciles, yo tengo mucha paciencia, pero no solo eso—añadió—, también les tengo empatía”.
