Cómo el Equipo móvil de crisis para adultos de Brooklyn ayudó a un hombre aislado a abrir su mundo interior
El 10 de septiembre es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, dedicado a crear conciencia de que el suicidio se puede prevenir. La siguiente historia describe cómo uno de nuestros Equipos móviles de crisis pudo intervenir con una persona que tenía pensamientos suicidas y conectarla con atención profesional. Si usted o alguien que conoce está luchando con pensamientos suicidas o está teniendo una crisis de salud mental, llame o envíe un mensaje de texto a la “988 Crisis & Suicide Lifeline” para obtener apoyo gratuito y asesoramiento confidencial en caso de crisis.
El verano pasado, el Equipo móvil de crisis (MCT) para Adultos de VNS Health en Brooklyn recibió una llamada sobre Alex*, un hombre de unos cuarenta años que se comportaba de manera violenta en la casa que comparte con sus padres que hablan ruso.

Alex es sordo y lucha contra la adicción al alcohol, y lo han hospitalizado varias veces a lo largo de los años. Sabiendo de su sordera, la administradora del programa MCT, Elis Rivas, y la trabajadora social para asuntos psiquiátricos, Linda Techell, llegaron a casa de la familia junto con un intérprete del lenguaje de señas americano (ASL). Sin embargo, pronto quedó claro que Alex no entendía el ASL, pero sí el lenguaje de señas ruso (RSL).

asuntos psiquiátricos de VNS Health
El ingenioso equipo no se desanimó. Lograron comunicarse con un intérprete de RSL y Linda volvió para una segunda visita acompañada por el intérprete de RSL, el de ASL y por la supervisora de Salud Conductual (Behavioral Health) Doreen Ornelas. El resultado fue un gran avance: resultó que Alex llevaba muchos años sin comunicarse en su idioma, ya que su familia no sabe RSL y se comunican con él con gestos informales.

“Cuando el intérprete empezó a hacer señas RSL, se iluminó”, dice Linda, con la voz quebrada por la emoción al relatar la visita. “Fue como estar en una habitación oscura, y de repente se enciende la luz. Se podía ver su emoción en su lenguaje corporal y en su expresión facial, tenía mucho que decir. Finalmente, pudo comunicar cuánto dolor siente y cómo bebía a causa de ese dolor.”
“Hasta ahora, nunca había tenido a alguien que realmente entendiera lo que decía”, añade Elis. “¡Estaba tan emocionado que estaba dispuesto a contárselo todo al equipo, todo, todo!”

(al frente), traductora ASL de Global Sign Language;
Doreen Ornelas (centro), supervisora de Salud
Conductual; y Linda Techell (atrás), trabajadora
social para asuntos psiquiátricos.
Una vez establecida la comunicación, el equipo pudo finalmente hacer una evaluación completa. Se enteraron del ciclo repetitivo de Alex, en el que bebía y se volvía violento, sus padres pedían ayuda y a él lo hospitalizaban, pero era incapaz de comunicar su voluntad de desintoxicarse, lo que daba lugar a que le dieran el alta y volviera a su casa, donde se sentía cada vez más aislado y como si no tuviera nada por lo que vivir.
“En un principio, este caso parecía simplemente violencia relacionada con el alcohol, así que ¿qué vamos a hacer?” explica Linda. “Luego resultó que esta persona estaba muy frustrada porque no había podido comunicarse. No puedo ni imaginarme lo que eso debió ser.”
Cuando Alex dijo a los miembros del Equipo móvil de crisis que quería suicidarse, Linda y Doreen recomendaron que lo llevaran al hospital y lo remitieran a desintoxicación por su consumo de alcohol y a atención psiquiátrica como paciente hospitalizado debido a su ideación suicida y a otros problemas de salud conductual que habló con ellas. Lo acompañaron al hospital y se aseguraron de que todos los miembros del equipo de atención que estaban allí supieran que este paciente, al que habían catalogado en visitas anteriores de combativo y poco comunicativo, hablaba el lenguaje de señas ruso. Como resultado, Alex obtuvo la atención individualizada y receptiva que necesitaba.

“En todos los documentos lo dejamos muy claro: habla el lenguaje de señas ruso”, dice Linda. “Queríamos asegurarnos de que recibe la comunicación y los servicios que necesita.”
Para Linda, todo es parte del trabajo de un trabajador social para asuntos psiquiátricos. “Lo principal es que cubramos las necesidades del cliente y lo ayudemos en su situación actual”, afirma. “En este caso, eso significaba conseguir las herramientas lingüísticas que necesitaba.”
Para Elis, este caso es un ejemplo perfecto del poder de entrar en casa para evaluar a la persona en su totalidad y darle la atención más adecuada posible. “Siempre digo que la diferencia es que vemos cómo vive la persona”, afirma. “Vemos con quién viven y qué ocurre en su entorno. A veces, que alguien simplemente entre y salude es algo importante, porque entonces saben que alguien se preocupa.”
Y como muestra la historia de Alex, cuando ese alguien saluda en el lenguaje que habla el cliente, puede cambiarle la vida.
*Se cambió el nombre del cliente por razones de privacidad.